La red social
(The social network)
EE UU, 2010
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Me permito el lujo de presuponer que, así a ojo, un 95% de mis lectores tendrá perfil en Facebook, esa cosa que, aparte de colarnos publicidad de forma más o menos sutil, sirve para recuperar el contacto con aquel compañero del cole con el que siempre nos andábamos peleando, o para que nuestro jefe nos tenga vigilados incluso después de la jornada laboral, o para que todo el mundo se entere de lo mucho que queremos a nuestra parienta y de lo profundos que son nuestros pensamientos, o para que nuestros padres tengan ocasión de ver las fotos más vergonzantes de nuestras juergas en compañía de los compadres Sr. Brugal y Mr. Daniels, o incluso para que algunos relaten las cosas tan divertidas y emocionantes que harían si tuvieran vida más allá de la pantalla del ordenador. Por tanto, no creo que a nadie le suene a chino si digo que a la que hace referencia el título es a esa red social, y confío en que ninguno se me pierda si insisto en que la película de hoy va precisamente de este tema.
Lo que requeriría una explicación más detallada es la otra gran pregunta: por qué se ha hecho una película sobre Facebook. Ojo, que no estoy insinuando su baja calidad, ni mucho menos. Más bien al contrario. Tenemos un argumento fuerte y vigoroso, como diría el Reno Renardo, lleno de intrigas, tensiones y giros inesperados. Tenemos un guión brillante, fiel a la historia real, con unos diálogos ingeniosísimos y con una claridad de ideas tal que hasta el más lego en materia de telecomunicaciones puede enterarse sin necesidad de recurrir a ese nieto suyo tan listo y tan mono que sabe tanto de pulsar teclitas para que se la explique.
Tenemos también unas interpretaciones muy creíbles, aunque lastradas en su versión española por un doblaje doloroso al oído (sobre todo en los personajes femeninos). Tenemos un Jesse Eisenberg que clava su papel de tipo frío y retorcido, un Justin Timberlake que elimina de un plumazo todas las reticencias que pudiera haber por su pasado como cara bonita, y un Andrew Garfield algo menos brillante pero también digno. Tenemos incluso una labor de dirección de David Fincher bastante competente, que sabe combinar todas las piezas para sacar adelante un proyecto de muy alta calidad, tanta que algunos autoproclamados expertos insinúan, porque ellos lo valen, que estamos ante el Ciudadano Kane de principios de siglo.
Quizás sea exagerar, ya que en el filme hay un grave problema que sus 120 minutos no bastan para solventar. Se trata del final, o mejor dicho de su ausencia. La obra narra hechos que se remontan a apenas seis o siete años antes de su fecha de estreno, y que para entonces no sólo no habían terminado de resolverse, sino que, con lo impredecible que es el mundo de internet, lo mismo acaba o con Mark Zuckerberg duplicando los 500 millones de amigos de los que presume o con el chiringuito desmontándose, sea por una reedición de la “burbuja puntocom”, sea por el invento de algo que mole más y se lleve toda la clientela. Obviando otras consecuencias económicas, que haberlas habríalas pero no son horas de ponerse a analizar, en lo que concierne al cine todo esto se traduce en que, llegados al final, da la sensación de que faltan muchas cosas por contar. Y ya saben lo feo que es dejarse las cosas a medias.
Quién sabe, igual si se hubieran esperado diez añitos tendrían material biográfico suficiente como para darle un buen cierre a la narración y que quedara un conjunto coherente. Todo puede ser que la necesidad urgente de hacer caja les haya llevado a ponerse a grabar deprisa y corriendo y, si la cosa sale bien, hacer una segunda parte dentro de algún tiempo. A los de la Guerra de las Galaxias les funcionó, y por ahí sigue habiendo mucho friki suelto…
La próxima: ¿Estás ahí?
11 comentarios:
De acuerdo con la crítica al final, aunque por otro lado es probable que sólo se hayan centrado en el juicio en el que se vio envuelto y poco más. Elegí ver esta película porque me considero una persona interesada en el mundo de Internet y, sobre todo, redes sociales, pero tengo que decir que me defraudó la película. No se si por el tratamiento, que, seguramente sea esa la principal razón, o por el contenido en sí, q no daba para mucho más, pero mi conlcusión es que no es una película recomendable como tal. Para pasar el rato sí, pero para nada más.
Para que luego digas que no me meto a leer tus cosas, aquí dejo constancia. Sí que lo hago.
Si en vez de rodar la peli en los tiempos que corren se esperan 10 años, la temática del filme se queda tan anticuada o más que si ahora se ponen a hacer una peli sobre la creación del Fotolog.
Lore, no es comparable... el Fotolog no ha llegado a 600 millones de usuarios... además Ciudadano Kane, que es la referencia que querían usar, es un clásico atemporal :P
Por fin alguien que habla alto y claro. Los aficionados al séptimo arte, creo yo, estamos cansados ante tanto intelectualoide que ha olvidado a qué huele de verdad el cine. Sin embargo usted, espectador medio, reconcilia la crítica con el público. Las palomitas con "Cahiers du cinema". Bravo.
En cuanto al filme que nos ocupa diré que a mí también me causó grata impresión, si bien es cierto que el final es algo cojo y no termina de cerrar la historia porque, como tú bien comentas, la historia todavía no se ha cerrado ¿Estamos ante una nueva prueba de que la maquinaria de Hollywood es un monstruo que engulle historias y personajes otrora símbolos de generaciones enteras? ¿Es el inicio del fin en el cine? ¿Deberíamos hacer algo?
Sinceramente, un servidor así lo cree.
Llevo tiempo 'observando' su blog (digo observando porque dudo mucho que pueda catalogar como lectura nada de lo que he hallado), impertérrito ante muchas de las sandeces que se comentan por aquí. Pero comparar semejante despropósito cinematográfico con la obra magna de Wells ha hecho que mi válvula pilórica se contraiga de vergüenza ajena.
Esta película es un chiste. Un vano intento de crear otro Hearst postmoderno con una trama insulsa y sin ningún objetivo. ¿Y qué será lo próximo, me pregunto yo? ¿Una película sobre MySpace? ¿Messenger? ¿Twitter? ¿La creación de Yahoo? ¿El obvio alzamiento de Google? ¿Ubuntu?
Nos hemos convertido en una audencia que se alimenta de cualquier subproducto con aires de modernidad. Y esto es algo que me repugna.
´Cahiers du cinema con palomitas´ lo llaman algunos de sus partidarios más iluminados... Panfleto de medio pelo con ansias de grandeza lo llamaría yo.
Se agradece su opinión. Sr. Locke, pero creo que está usted mezclando conceptos y, sobre todo, mezclando personas.
Como puede ver al final del tercer párrafo, la comparación con Ciudadano Kane la hacen "algunos autoproclamados expertos", no yo, quien considero, como puede ver al principio del cuarto párrafo, que esa comparación es "exagerar".
Y con lo de "panfleto de medio pelo", por favor, acláreme si se refiere a la película o al blog, que no me ha quedado claro y no sé si me tengo que intentar defender o no. De paso, ya que está puesto, indíqueme a qué "sandeces" se refiere, que las intentaré justificar en la medida de lo posible.
En todo caso le agradezco su participación y espero verle más veces por aquí :)
Pues aquí me tiene de nuevo.
Le parecerá curioso, pero encuentro varias similitudes entre su "blog" y la película que nos ocupa, en el sentido de que ambas les gusta más hablar de sí mismas que del tema que dicen manejar. En "The Social Network" (David Fincher, 2010)no encuentras una película de verdad, es un panfleto tecnológico autoreferencial que busca más el chiste o guiño con el espectador que el narrar una historia de forma sincera. En su blog pasa algo parecido, el centro de los post es usted, no el cine. Los comentarios que tratan de cine los evita, no, usted prefieren los que tratan de SU blog.
Para escribir sobre el séptimo arte asegúrese primero que le interesa más usted mismo.
Me alegro de su respuesta, Sr. Locke. No dude en replicar siempre que lo considere adecuado, que aunque no estemos de acuerdo, su opinión siempre será bienvenida.
No obstante, igual estoy algo obtuso hoy, pero sigo sin saber a qué se refiere. Me acusa de centrar las críticas en mí mismo más que en la película, cuando, por ejemplo, en este mismo artículo sólo encontrará dos frases con verbos en primera persona, y ambas son oraciones subordinadas que empleo para introducir el concepto "Facebook", algo que considero necesario a la hora de analizar una película que, precisamente, va sobre Facebook. El resto del texto lo dedico íntegramente a hablar de la película (argumento, guión, interpretaciones, el problema del no-final). A raíz de sus comentarios deduzco que su opinión y la mía difieren, aunque en parte: a usted le parece malísima debido a la poca consistencia del tema elegido, mientras que yo creo que la trama se plantea de forma bastante digna hasta el grave problema del final, que la lastra hasta el punto de no poder considerarla una buena obra, aunque tampoco me parezca mediocre. En toda esta argumentación no encuentro forma de interpretar que el objetivo del texto no es hablar de la película sino de mí mismo. Le rogaría algún ejemplo más concreto al respecto.
También me acusa de evitar los comentarios que tratan de cine en favor de los que tratan de mi blog. En primer lugar, si, como dijo anteriormente, me sigue desde hace tiempo, observará que, por desgracia para mí, normalmente no recibo muchos comentarios, siendo este artículo un caso extraordinariamente afortunado. En todo caso, sin contar los suyos, hay un comentario de tipo personal, el de Silvia, por tres comentarios que hablan de cine; el primer Anónimo y Demóstenes se han mostrado coincidentes con mi opinión, por lo que no hay réplica que hacerles, y a Lorena la he contestado. A falta de otros ejemplos que le ruego me proporcione, ya le digo, no creo estar evitando el debate sobre cine.
Insisto, le agradezco su participación y confío en su respuesta ;)
Debo romper una lanza a favor del autor del blog. Y mucho más aún después de la aparente falta de educación de la que hace gala el Sr. Lock. Lo dije una vez y no me cansaré de decirlo: Necesitamos más blogs como este y menos lecciones de cine.
El cine es arte y, como tal, debemos sentirlo como público. Lo que hace exactamente el Señor Pato. Es imposible no dar una visión subjetiva cuando el autor siente la obra de una determinada manera. Este tipo de críticas son más cercanas, buscan emociones y generan opiniones, que es precisamente de lo que trata el séptimo arte.
Tengo delito, todavía no he visto la película sobre la creación de Facebook, pero tengo muchas ganas porque me han llegado muy buenas críticas de la misma, aunque nunca se puede uno fiar.
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